La perversa estrategia de Hamas en la Franja de Gaza
Los fundamentalistas islámicos plantean una estrategia de violencia y el Gobierno Israelí los combate militarmente, pero no de manera política.
Si bien el gobierno israelí dirigido por Benjamin Netanyahu subraya que la ofensiva contra la Franja de Gaza busca acabar con Hamas y su infraestructura, lo cierto es que las principales víctimas de este conflicto son los civiles en Gaza, donde ya hay más de 800 muertos en tres semanas de ataques.
Del lado israelí, ante la avalancha de críticas mundiales en las que se acusa a su ejército de brutales represiones, la respuesta indica que se trata de un asunto de supervivencia y que solo se está defendiendo a los ciudadanos que son víctimas de los ataques de Hamas.
Precisamente es este grupo fundamentalista islámico el eje del conflicto en Gaza y que se explica desde distintas perspectivas.
Lo primero que se debe aclarar es que no se puede meter a todos los palestinos en el mismo saco. Es decir, una cosa es el gobierno de la Autoridad Palestina, que nació bajo el liderazgo de Yasser Arafat y cuyo presidente actual es Mahmud Abbas. Están representados en el partido Fatah con sede de gobierno en Ramala, capital de Cisjordania y son aceptados como interlocutores válidos en Israel porque reconocen el derecho de los israelíes de existir como país.
El otro grupo palestino es Hamas, el Movimiento de Resistencia Islámica fundado en 1987 por el jeque Ahmed Yassin. Hamas nace para llenar el vacío dejado por el gobierno de Fatah que no pudo o no supo satisfacer las necesidades de los palestinos. Es decir, los islamistas aprovechan la crisis humanitaria para favorecer sus propios intereses ideológicos.
Fatah y Hamas se enfrascaron en una guerra civil en el 2007 por el poder palestino y el resultado fue los primeros se quedaron en Cisjordania y los segundos tomaron el control de la Franja de Gaza. Recién hace unos meses alcanzaron un acuerdo de reconciliación que no fue bien visto por Israel.
Dentro de los territorios palestinos Hamas estableció una red social desde el apoyo en mezquitas, escuelas, orfanatos, campamentos, hospitales que atendían a los ciudadanos palestinos quienes agradecidos se decantaban por el discurso fundamentalista. Hamas plantea la creación de un país panárabe, regido por el Islam y no reconoce el derecho de los israelíes a existir.
Durante mi primer viaje al Medio Oriente en el 2006 entrevisté en Ramala a Farhat Assad, uno de los voceros de Hamas, quien indicó que el problema era la ocupación y que ellos no distinguían entre atacar a israelíes niños o adultos “porque todos hacen el servicio militar tarde o temprano y se convierten en soldados que atacan a palestinos”.
La estrategia de Hamas para luchar contra Israel se da en tres escenarios: 1) La asistencia social que hoy impera en Gaza con la aplicación de la ley islámica. 2) Las actividades políticas en las que buscan superponerse a la autoridad oficial de Fatah que no tiene presencia en Gaza. Además, parte de la cúpula de Hamas vive en el extranjero, Siria y Arabia Saudí, desde donde buscan financiación para sus actividades. 3) La guerrilla y los atentados terroristas que tienen como objetivo a los israelíes.
Para Hamas los conflictos con Israel son parte de su estrategia de sobrevivencia. Este grupo islamista ha perdido apoyo internacional. Primero porque los Hermanos Musulmanes de Egipto dejaron el poder y hoy están proscritos. Segundo porque el régimen de la República Islámica de Irán se ha alejado de Hamas y ya no proporcionan la ayuda militar y económica que hasta hace poco le otorgaba.
La derecha israelí, hoy en el poder con Netanyahu, siempre ha priorizado la lucha militar contra Hamas. Es como echarle más leña al fuego porque se sabe cómo piensan, cómo reaccionan, cómo provocan. Los últimos gobiernos israelíes no han trabajado bien en buscar la derrota política de Hamas porque no han ayudado a fortalecer o a empoderar al gobierno palestino con sede en Ramala. Además sigue la política de construcción de asentamientos o colonias judías dentro de territorios palestinos. Si eso no es provocación, qué es entonces.
De manera que cuando el ejército israelí ataca y las mayores víctimas son ciudadanos palestinos indefensos que no tienen dónde ir, la pregunta que nos hacemos es si la ocupación de los territorios será eterna o si algún día los gazatíes o los habitantes de Cisjordania tendrán la libertad de elegir dónde y cómo quieren vivir. Por ahora no tienen alternativa.
Escrito por
Periodista viajero e internacional. Profesor universitario. Estudiante de la Maestría de Ciencias Políticas en la PUCP.